¿Asumes tus responsabilidades?

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Todos conocemos gentes que antes de pensarse libres de pecados arrojan la piedra. Quienes con toda soltura buscan responsables y se desligan de las responsabilidades, aun antes de poder demostrarse que no han sido artífices de las acciones. Y no expongo casos complejos, generalmente son pequeñas situaciones diarias que derivan en el famoso "yo no fui". A veces, esas gentes somos nosotros mismos. En ocasiones tiene que ver con algunos sindromes modernos, por ejemplo el que llamo sindrome Google (y sobre el que expondré en otra ocasión), que nos hace preguntar antes de pensar.
En nuestros sistemas nos encontramos con quienes trasladan "la culpa" antes de buscar, indagar, analizar, y accionar. Sea con las llaves que no se encuentran, o con un balance contable negativo.
La palabra “responsabilidad” proviene del latín responsum y ésta a su vez del verbo respondere (responder). Se refiere a la capacidad de responder a las consecuencias de nuestros actos.  Y esta es la definición que a lo largo de la historia con unos matices u otros han dado a la palabra “responsabilidad” filósofos, lingüistas y juristas.
Me gusta el juego de palabras que hace Leonardo Wolk en su libro "El arte de soplar brasas", la llama "respons(h)abilidad". (Wolk, L. 2007). Y tal vez sea esa la cuestión, hacerse de la habilidad de ser responsables, de ser dueños de la acción, de cambiar aquello que está a nuestro alcance antes de responsabilizar a otros.

Y vos, ¿Asumes tus responsabilidades?

Marcelo J. Silvera


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