¿Controlas el poder las palabras?

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En su artículo La cuestión del análisis laico, Sigmund Freud reconoce el poder del lenguaje. "(...) no debemos desdeñar la palabra, poderoso instrumento, por medio del cual podemos comunicar nuestros sentimientos a los demás y adquirir influencias sobre ellos".
Poderoso instrumento llama a la palabra. En la Ontología del Lenguaje, como ya se mencionara en artículos anteriores, la palabra ocupa un rol central, un rol de generación, creación. El lenguaje es acción, genera oportunidades o las destruye, abre puertas o las cierra. Se me antoja la analogía con una empresa constructora: puede construir una escuela o un hospital en un terreno baldío; o puede construir una fábrica contaminante, o un depósito de armamento bélico; una empresa constructora (la palabra) puede destruir lo que está construido, sea para construir algo nuevo o por el solo hecho de demoler.
Muchas veces, una sola palabra es la creadora. Muchas veces, una sola palabra es la destructora.
No reconocer ese poderoso instrumento genera una liviandad en el uso. El problema no es que el instrumento sea poderoso, sino que no sepamos utilizarlo, o peor aún, que sea utilizado con fines destructivos conscientemente. La palabra es un poderoso instrumento, sin manual del usuario.

Y vos, ¿controlas el poder de las palabras?

Marcelo J. Silvera


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