¿Reflexionas sobre lo que escuchas?

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En algunas oportunidades hemos abordado alguno de los 147 preceptos Délficos, o Máximas Pítias, aquellos aforismos que se convirtieron en una filosofía de vida en la antigua Grecia. En el pronaos (pórtico de los templos griegos y romanos que precedía al santuario) del templo de Apolo en Delfos estaban recogidos los principales preceptos morales por los que se debían regir los griegos, bien en los muros, el dintel e incluso en algunas columnas de alrededor del templo.
Una de estas máximas indica: Ακούσας νόει -Reflexiona sobre lo que hayas escuchado-. ¿Cuántas acepciones puede tener esta frase? Dependerá de nuestra capacidad de vincular la frase a conocimientos ya adquiridos; pero ¿es posible que para aquellos sabios que elaboraron los preceptos solamente tuviera una definición? Los oráculos, y el del Templo de Apolo no escapaba a la generalidad, entregaban mensajes poco claros, ambiguos, y era la manera en que resultaban "infalibles", ya que suceda lo que suceda una interpretación del mensaje del oráculo era acertada.
También hemos abordado en muchas ocasiones la escucha activa y su importancia en las comunicaciones (interpersonales e intrapersonales). Reflexiona sobre lo que hayas escuchado, ¿podría relacionarse a la escucha activa? ¿Y con el control de las emociones? Generalmente nos rodea gente que responde inmediatamente a cualquier consulta, sin procesar ni la pregunta ni la respuesta, como reacción a librarse rápidamente de la situación; en ocasiones, sin importar la calidad de la respuesta. Esto podemos observarlo en los ámbitos personales, sociales y laborales. 
Podríamos interpretar la máxima expuesta hoy como la necesidad de darnos un tiempo para reflexionar sobre lo que escuchamos, procesarlo, interpretarlo libre de juicios, y luego accionar si corresponde (si es una pregunta, un pedido o una directiva, por ejemplo), o incorporarlo, o descartarlo sin más rodeos si es información que no nos aporta nada en nuestro crecimiento personal (rumores, chismes, noticias sin fundamentos, etcétera). No reaccionar instintivamente, somos seres que habitamos en el lenguaje, seres reflexivos, hagamos honor a ello. Quitarnos el miedo al silencio, a ese instante de reflexión en que interpretamos el mensaje. Los silencios son necesarios, incluso para darnos el tiempo para reflexionar.

Y vos, ¿Reflexionas sobre lo que escuchas?
Marcelo J. Silvera


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