馃 El rostro deformado de la posverdad: 茅tica y responsabilidad en la simulaci贸n pol铆tica
![]() |
| Captura de pantalla de la publicaci贸n de Rodrigo de Loredo con el video de Mart铆n Llaryora fake. |
La aparici贸n de un video deepfake en el que un pol铆tico utiliza inteligencia artificial para manipular la imagen del gobernador de C贸rdoba[1] representa una ruptura epistemol贸gica que erosiona el fundamento testimonial de la pol铆tica. En la tradici贸n de la hermen茅utica y la fenomenolog铆a, el pol铆tico es un ser‑para‑el‑otro, un representante que debe mantener el ethos y la logos de la democracia deliberativa. Pero, ¿qu茅 sucede cuando se suplanta la imagen y la palabra del otro para generar confusi贸n y zondeo[2] intelectual?
Respeto, fundamentos y responsabilidad: los ejes del discurso 茅tico‑pol铆tico
Seg煤n Habermas, la acci贸n comunicativa se construye sobre tres principios: validez normativa (respeto), veracidad factual (fundamentos), y sinceridad subjetiva (responsabilidad). En este caso:
- Respeto: el deepfake atropella la dignidad y el ipse del sujeto pol铆tico, vulnerando el reconocimiento b谩sico que exige cualquier acto mim茅tico (Honneth, 1992).
- Fundamentos: sin evidencia emp铆rica, se levanta un edificio de mentiras sobre cimientos de posverdad, echando mano de verdaderas falacias ad hominem y llevando al ciudadano al estado de recelo.
- Responsabilidad: el emisor se desliza por una pendiente de anomia 茅tica, esquivando la accountability[3] que debe ligarse a todo acto pol铆tico leg铆timo.
Imitadores en vivo vs. simulaci贸n digital: ¿hay paridad 茅tica?
En tiempos cercanos, los imitadores en programas como Gran Cu帽ado (Argentina) ejerc铆an una mimesis c铆vica que, si bien pod铆a satirizar, no ten铆a pretensi贸n de verdad. Eran parodia, no enga帽o deliberado. Por tanto, 茅ticamente no eran hom贸logos del deepfake. El imitador se presentaba en un escenario ficcional; el deepfake, en cambio, se infiltra en el espacio p煤blico como un referente “real”. Se traspasa aqu铆 la l铆nea entre 茅pisteme y doxa, ¡y vaya si no duele al pueblo sofrenado!
En un giro casi comiqu铆simo, si la ficha t茅cnica del imitador dec铆a “humor”, el del deepfake dice “la verdad… m谩s o menos”. Le falt贸 un “sin garant铆as” en letra chica, ¿no cre茅s? Falta de bona fides, puro actitud rapace.
Intencionalidad y el l铆mite de la posverdad
La posverdad tiene por finalidad desnaturalizar la percepci贸n, la que Descartes llam贸 “clara et distincta perceptio”, es decir, percepci贸n clara y distinta. Aqu铆 no se trata solo de relativismo posmoderno, es una estrategia de redenomination des faits. El l铆mite deber铆a estar en la pr谩ctica de la deliberaci贸n p煤blica, no en la simulaci贸n de im谩genes para decidir elecciones o desestabilizar la vida democr谩tica. Podemos citar a Kant: el fin no justifica los medios cuando esos medios son mentiras sofisticadas que reducen los individuos a mero medio, no a fin (Kant, 1785).
Deshumanizaci贸n de la pol铆tica y aval moral del uso de herramientas
Cuando todo puede "publicarse", la pol铆tica se vuelve paisaje de contradicciones fantasm谩ticas. Se instala una cultura de lo hipervisual, de aquello que es visible antes que verdadero. En ese escenario, el ciudadano deja de ser sujeto y pasa a ser terreno de consumo emocional, y la pol铆tica, mera coreograf铆a.
¿Es esto moralmente v谩lido solo porque la tecnolog铆a lo permite? No. Hexis moral y formaci贸n ciudadana requieren de lo cl谩sico: aret茅, virtus, honestas decisiones (Arist贸teles, 脡tica a Nic贸maco). La IA no es excusa para quebrar esas normas, solo un intensificador de la crisis de la subjetividad pol铆tica.
Prevenci贸n de malentendidos y fortalecimiento 茅tico‑epist茅mico
Para contrarrestar el envilecimiento:
- Transparencia en el origen de los contenidos: etiquetado de IA, “deepfake ❗”, etc.
- Educaci贸n medi谩tica: fomentar el pensamiento cr铆tico y el discernimiento.
- R茅gimen legal: redefinir la difamaci贸n en la era de la simulaci贸n.
- Responsabilidad editorial: los medios deben actuar como gatekeepers[4], no escaparates ignorantes.
Viejas ma帽as con nueva tecnolog铆a
La tecnolog铆a es neutral en su esencia; no plantea dilemas 茅tico‑pol铆ticos sino la forma en que elegimos emplearla. La posverdad no es “liberadora”, es totalizante. La pol铆tica deshumana, saturada de deepfakes, reduce el discurso a un horror vacui de credibilidad. Solo una praxis pol铆tica anclada en fundamentos 茅ticos, un di谩logo p煤blico riguroso y una ciudadan铆a formada podr谩 detener la erosi贸n epistemol贸gica de la democracia contempor谩nea.
[1] https://www.lavoz.com.ar/politica/polemica-por-el-video-falso-de-llaryora-que-publico-de-loredo/
[2] El t茅rmino “zondeo” no existe. Es, en realidad, un neologismo o deformaci贸n derivada “sondeo”, mezclado fon茅ticamente con “zonda” (el viento seco del oeste argentino). En ese contexto, la frase: “...generar confusi贸n y zondeo intelectual” deber铆a entenderse —de modo figurado— como una alusi贸n a una suerte de “viento caliente que nubla el juicio”, un turbi贸n ideol贸gico disfrazado de consulta.
[3] Anglicismo ampliamente incorporado en el campo de la filosof铆a pol铆tica, la teor铆a democr谩tica y las ciencias sociales. No posee un equivalente directo y un铆voco en espa帽ol, lo cual explica su uso persistente en su forma original. Refiere a la obligaci贸n de rendir cuentas por parte de quienes detentan poder —sea pol铆tico, econ贸mico, institucional o simb贸lico— frente a una ciudadan铆a o comunidad.
[4] Porteros ser铆a la traducci贸n literal. Pero el vocablo anglosaj贸n es utilizado internacionalmente en comunicaci贸n para denominar a la persona, grupo o instituci贸n que tiene un control sobre la informaci贸n y, por lo tanto, posee la capacidad de decidir qu茅 se publica o emite, de qu茅 forma y en qu茅 cantidad.
Bibliograf铆a
Arist贸teles. (1999). 脡tica a Nic贸maco (Libros I–X). (A. Varro, Trad.). Gredos. (Obra original en griego, s. IV a. C.).
Habermas, J. (1992). Facticity and Validity. MIT Press.
Kant, I. (1785/2006). Fundamentaci贸n de la metaf铆sica de las costumbres. Alianza Editorial.


0 comentarios