¿Te interesas por las historias de los otros?

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En la película argentina "Un novio para mi mujer", la Tana Ferro (Valeria Bertuccelli) representa a una persona que, entre otras cosas, "odia a los buscadores de coincidencias". En un pasaje del film, frena la celebración de un cumpleaños para exclamar:
"- Es impresionante. Porque es mucha coincidencia... parece una boludez, pero es una coincidencia total. Y acá seguro que también debe haber gente... ¡Eh! Che, disculpen... Chicos, bajen la música. Bajen la música.
- Tana...
- ¿Hay alguno de Sagitario acá?
- Tana...- Pará un poco amor, no pasa nada... estoy preguntando, no pasa nada. ¿Cuál es el problema? 

¿Vos sos de Sagitario? Qué increíble, ya está pasando. ¿Vos también? Esa mano bien arriba entonces si sos de Sagitario. ¿Alguno más de Sagitario? ¿No? ¿Solamente dos? Bueno, es un montón igual. Mirá, dos más acá de Sagitario también que hay. O sea que ya son... Gachi, Pachi, ella, el novio, el ex-novio... yo, y estos dos pelotudos, todos de Sagitario. Está lleno de Sagitario, muy impresionante, de verdad, muy groso..."
Ese fragmento cómico sirve como disparador para exponer desde la Ontología del Lenguaje una condición humana: nos interesan las historias de los otros en la medida en que puedan aportar algo a nuestra historia, y así creemos o creamos nuestras historias. Esto es, que sean útiles a nuestros fines, nuestro modo de vida, nuestra cotidianidad; caso contrario no le prestamos mucha atención ya que no será "útil" para nosotros. Muchas veces esto genera una incomunicación, y crea círculos entre quienes tienen para contar historias que les interesa a todos los miembros, historias similares; círculos donde no se oyen otras historias diferentes.
No quiero indicar que esto sea bueno o malo, es simplemente la manera en que nos comunicamos, la manera en que escuchamos, en que leemos, en que nos interesamos o no en las historias. Existen expresiones exageradas de esta "naturaleza" de la comunicación, las que abordaremos en otra ocasión, por ejemplo lo que se dió en llamar la grieta.
Y vos, ¿te interesas por las historias de los otros?

Marcelo J. Silvera


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