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coach Marcelo J. Silvera
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coaching ontológico
comunicación
Córdoba
educación
emociones
Francisco Mora
inteligencia emocional
Neuroeducación
Ontología del lenguaje
Villa María
¿Enseñas provocando emociones?
En clase con los Daseins, mis alumnos de Comunicación del nivel secundario, surgió nuevamente un tema que me parece interesante aportar a este espacio de reflexión. Se trata de una larga discusión de la educación tradicional, pero que ya no está solamente entre quienes apoyamos una nueva forma de educar, sino que también inquieta a los estudiantes: "Hay materias de las que no aprendo nada. Estudio de memoria, apruebo el examen, el/la profe queda conforme y listo... pero a la semana ya no recuerdo nada de lo que estudié, ni de las clases que dio ese/a profe". La confesión es de una estudiante que en mis espacios es muy participativa, reflexiva y capaz de cambiar su posición de observación cuando se le plantea otra forma de ver las cosas.
Me parece interesante abordar el tema, en primera instancia porque la inquietud surge de una estudiante, no de quienes estudiamos la ontología, ni desde la pedagogía, sino desde la esencia de la problemática: el estudiante, que en definitiva es sobre quien debería plantearse o replantearse el sistema educativo.
En lugar de dar mis sermones sobre la educación, con los Daseins utilizo las técnicas del coaching ontológico: pregunto, repregunto, e intento que ellos sean quienes elaboran sus propias conclusiones. Este caso no fue la excepción. tras pensar uno minutos, (a los que ya no les tenemos miedo, podemos quedar durante la clase en silencio largos minutos sin sentirnos incómodos), reflexionó: "Eso no me pasa con otra materia. Hay cosas que me provocan algo y las recuerdo". Sin haber leído nunca a Francisco Mora ni su libro Neuroeducación (2013), mi estudiante había arribado a la misma conclusión: "El cerebro solo aprende si hay emoción".
Aquellas cosas que nos provocan son las que perduran en la memoria. Sea cual sea la emoción que genere, quedará plasmado en el cerebro como aprendizaje porque nuestra parte animal interpreta que servirá de algo en alguna oportunidad, sea para escapar o para disfrutar. Quienes deberían haber tenido esa reflexión son los docentes, directivos, y autoridades que desde su escritorio escriben los diseños curriculares.
Y vos, ¿Enseñas provocando emociones?
Marcelo J. Silvera
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