¿Aprendes de forma profesional?

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Enseñar y aprender, dos acciones del ser que deberían conjugarse pero sin embargo van por caminos separados en muchas ocasiones. 
Ya no pensemos en las etapas escolares, donde damos por sentado que el único camino de la enseñanza es del docente al alumno; aunque bien podría ser simultáneo. Pensemos en el aprendizaje del adulto, y para tener una idea de lo que planteo pongamos un escenario: un trabajo, cualquiera, el tuyo:
Alguien (A) aprendió ciertas competencias, y otro alguien (B) no las tiene. "A" realiza una capacitación interna sobre un tema "X", a la que "B" asiste y aprueba. Pasado poco tiempo la labor "X" realizada por "B" no cumple las expectativas, no está realizada correctamente ni demuestra los conocimientos apropiados; cuando se le marca la situación, "B" dice que no sabe hacerlo, que "A" no le enseñó, sin embargo están los registros de la capacitación y de aprobación.
Este dilema es frecuente en las empresas. Ahora analicemos las posibles razones:
1-Una de las razones que podría analizarse es que la capacitación brindada no contenía el diseño curricular necesario para la actividad de la empresa, ello podría revisarse y en caso de que no cumpliera con las necesidades generar otra formación; allí "la culpa" es del formador.
2-Otra razón podría ser que la empresa incorporó nuevas formas de realizar la tarea "X" que no estaban contempladas anteriormente. Allí "la culpa" es de la empresa, al modificar las acciones debería, comunicar, explicar y capacitar a sus trabajadores.
3-La tercera razón que abordaré (consciente de que existen muchas más) es que "B" no tiene inquietudes de aprendizaje, no le interesa aprender cuestiones relacionadas a lo laboral, y esa falta de interés hace que no fije conocimientos por elección propia -aunque inconciente-. Allí la culpa es de "B".
En la edad adulta, en la responsabilidad de trabajador, la obligación de aprender es nuestra. No podemos quedarnos en la actitud infantil esperando que otro nos enseñe, y desligando culpas a quien supuestamente no enseñó. La actitud de "yo no sabía" o "nunca me dijeron" no se aplica a tareas cotidianas de responsabilidad, porque la responsabilidad conlleva el querer saber, el querer ser cada día mi mejor versión. 
Confucio dice "estudia como si nunca fueras a aprender bastante, como si temieras olvidar lo aprendido". La práctica, la inquietud, la flexibilidad para adaptarse, la iniciativa, y el anhelo personal de crecimiento son competencias que no se enseñan, para aprenderlas es necesario querer ser profesional. Y el profesional aprende constantemente, indaga, crece, evoluciona. El coaching de equipos ayuda a lograr ese cambio en el ser y a potenciar las empresas.

Y vos, ¿Aprendes de forma profesional?
Marcelo J. Silvera


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