¿Hablas (con los demás) como te hablas (a ti mismo)?

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La filóloga y profesora española Amparo Tusón Valls, en su libro Análisis de la conversación publica: 
“La conversación es una de las actividades más típicamente humanas. Es la forma primera y primaria en que se manifiesta, en que existe el lenguaje y hemos de entenderla, además, como una práctica social a través de la cual se expresan y se hacen posibles otras prácticas. A través de las conversaciones nos comportamos como seres sociales: nos relacionamos con las demás personas conversando, tratamos de conseguir nuestros propósitos conversando, rompemos nuestras relaciones conversando o dejando de conversar. Incluso cuando pensamos, en solitario, lo hacemos casi siempre en forma de diálogo”. (Tusón, A., 1997: 11).
En mis posts reitero una máxima de la Ontología del Lenguaje: somos seres lingüísticos, que habitamos en el lenguaje. El lenguaje nos atraviesa y genera nuestro contorno, permite no solamente la comunicación sino la creación de realidades. Tusón lo define desde la Filología en el párrafo que hoy les comparto, "a través de las conversaciones nos comportamos como seres sociales".
Tanto ese diálogo interior como el exterior genera realidad; no es igual la forma en que se digan las cosas, no es igual la manera en que se expresen los sentimientos, no es igual el modo en que se realice una petición, o una declaración; la característica y cualidad de la comunicación impactará directamente en el resultado de esa conversación. Esto no quiere decir hablar de forma pomposa, cual erudito del lenguaje, sino elegir las palabras, la tonalidad, el nivel y la forma en que se realiza la conversación.
Cuando en el diálogo interior me hablo mal de mi mismo, cuando menosprecio mis capacidades, cuando constantemente me estoy diciendo que no prospero, no logro nada, no soy capaz... cuando me lo digo, lo creo. Lo creo de creer, pero también lo creo de crear. El diálogo interior debe ser autocrítico, claro, pero positivo; buscando las falencias propias para encontrar las soluciones y alternativas para redireccionar las acciones hacia la meta propuesta.
Aquel refrán de "No hagas a otros lo que no quieres que te hagan" es aplicable a las conversaciones, no le digas a otros lo que no te dirías podría ser la frase. Y de la misma forma podría analizarse cómo te comunicas con el exterior e interpretar cómo lo haces con tu interior, así como tratas te tratas, así como hablas te hablas.

Y vos, ¿Hablas como te hablas?

Marcelo J. Silvera


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