Si no cambia la cabeza no cambia el cuerpo

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La afirmación "Si no cambia la cabeza no cambia el cuerpo" puede aplicarse a muchos aspectos de la vida. Cuando buscamos modificar nuestro cuerpo (sea para adelgazar o ganar músculos), necesitamos cambiar el pensamiento para lograrlo; cuando buscamos mejorar una actitud corporal, necesitamos cambiar la forma de pensarnos y actuar; cuando buscamos cambiar hábitos, necesitamos concientizarnos en primera instancia... Estas cuestiones están analizadas, estudiadas y puestas en práctica por millones de profesionales de la salud en el mundo. 
Aristóteles va más allá de la mente y postula que “el cuerpo es el instrumento del alma”.
Pero también esta frase puede pensarse desde las organizaciones. Dos grandes problemas surgen en las organizaciones: la comunicación y la planificación. Desde el Coaching Ontológico Profesional vemos habitualmente organizaciones que buscan mejorar sus equipos, mejorar sus rendimientos, mejorar sus comunicaciones, mejorar sus planificaciones. Pero ninguna de estas acciones son mágicas, es posible lograr un gran desempeño de los equipos, pero si las cabezas no cambian los cuerpos al poco tiempo vuelven al nivel de rendimiento anterior. De allí que podemos sostener que también en las organizaciones "si no cambia la cabeza no cambia el cuerpo".
El primer y gran trabajo que toda organización debe realizar es sobre sus mandos medios y altos. Solamente cambiando el pensamiento y accionar de ellos puede lograrse cambios duraderos y exitosos en toda la organización.

Marcelo J. Silvera


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