¿Eres capaz de notar las señales antes de las emociones?

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Las emociones son el tema del que gurús y profesionales de la salud hablan y escriben desde hace unos años. Pero más allá de la "moda", nos acompañan desde el inicio de los tiempos, y no solamente sabemos poco de ellas sino que en la mayoría de nosotros es muy difícil "controlarlas".
René Descartes tiene un estudio sobre las emociones en Las pasiones del alma, donde nos describe cómo funcionan y qué producen en los seres humanos. Allí escribe, o describe: "Después de haber considerado en qué difieren las pasiones del alma de todos los demás pensamientos de la misma, me parece que se las puede definir en general como percepciones, o sentimientos, o emociones del alma que se refieren particularmente a ella y que son motivadas, mantenidas y amplificadas por algún movimiento de los espíritus". Esta percepción pareciera darle una entidad extracorpórea a las emociones, darles la entidad de alma ajena al cuerpo, y con ello nos introduciríamos en un pensamiento metafísico que no intento abordar.
Descartes plantea el tema de las pasiones desde el punto de vista psicofísico, y por lo tanto las entiende como un componente fundamental de toda la naturaleza humana. Las pasiones, tal como Descartes las entiende, explican los movimientos característicos de la naturaleza humana, y dado que ésta es psicofísica, se trata de movimientos que no pueden ser caracterizados como meramente mecánicos. Por un lado tienen su origen en los movimientos de los espíritus que son materiales: las pasiones "son motivadas, mantenidas y amplificadas por algún movimiento de los espíritus". Pero al mismo tiempo están integradas por el sentimiento y la emoción:
"Igualmente se las puede llamar, con más precisión, emociones del alma, no sólo porque esta palabra puede designar todos los cambios que tienen lugar en ella, es decir, todos los diversos pensamientos que le llegan, sino particularmente porque de todas las clases de pensamientos que el alma puede tener ninguno la agita y la sacude tan fuertemente como estas pasiones. (Las pasiones del alma, art. 28, pág. 475.).
Las emociones, los estados de ánimo, son partes fundamentales de la comunicación. Como seres comunicacionales nos vemos atravesados por las emociones, y nuestros discursos también. Aquello que transmitimos en estado de ira no será igual que lo que hagamos en estado de placer. La manera en que (nos) sentimos es la manera en que comunicamos. Los estados de ánimo se adelantan a nosotros, es decir llegan antes de que podamos sentirlos, y sabiendo discernir esto ya podemos iniciar el camino hacia el control de las emociones. ¿Para qué controlarlas? "Lo que siento, siento" podrás pensar; y la respuesta es aquello que hace unas líneas leíste: porque afectan. Afectan al alma, según Descartes, afectan a la mente, o afectan a la salud en general.
No será tarea muy sencilla adelantarse a las emociones, ya que forman parte de la naturaleza animal que nos envuelve. Pero sí es posible notar los síntomas, las señales de que están llegando para poder elegir cómo actuar en consecuencia.

Y vos, ¿Eres capaz de notar las señales antes de las emociones?

Marcelo J. Silvera


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