¿Cómo deconstruyes la mentira?

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En la Buenos Aires de 1995, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires organizó la conferencia de Jacques Derrida titulada "Historia de la mentira: Prolegómenos". Ya hemos abordado a Derrida y la mentira (ACÁ); en esa conferencia habló de la historia de la mentira, de las posturas de Nietzsche y San Agustín sobre la mentira. 
"En su figura prevaleciente y reconocida por todos, la mentira no es un hecho o un estado: es un acto intencional, un mentir. No hay mentiras, hay ese decir  o  ese  querer  decir  al  que  se  llama  mentir: mentir  será  dirigir  a  otro  (pues  sólo  se miente  al  otro,  uno  no  se  puede  mentir  a  sí  mismo, salvo  sí  mismo  como  otro)  un enunciado o más de un enunciado, una serie de enunciados (constatativos o realizativos) que  el  mentiroso  sabe,  en  conciencia,  en  conciencia  explícita, temática,  actual,  que constituyen  aserciones  total  o  parcialmente  falsas", sostuvo Derrida esa jornada que era 28 de noviembre. 
El filósofo argelino nos propone que todo lenguaje es en principio sospechable de mentira. Acaso será más que un "tic" cultural argentino responder con un "¿en serio?" cuando nos cuentan algo ¿Será que en principio descreemos del contenido de la historia? O sea que en principio sospechamos que es mentira. Pero también podemos reflexionar sobre la construcción de esa verdad que para nosotros es mentira, aunque temporalmente, o verdad a prueba podríamos llamarla; ya que la subjetividad construye "la verdad", aquello que se presenta como verdadero para uno puede ser mentira para otro. Depende del tipo de observador que somos, de qué herramientas tenemos para descifrar el lenguaje, y para transmitirlo. Aparece como algo paranoico que todo lenguaje sea sospechable de mentira, dudar de todo; pero si no fuera así aceptaríamos como verdadero todo, sin cuestionarlo.
Dos años después de aquel paso por Argentina, Derrida en España sostuvo que "sabemos que el espacio político es el de la mentira por excelencia; y mientras que la mentira política tradicional se apoyaba en el secreto, la mentira política moderna ya no esconde nada tras de sí, sino que se basa, paradójicamente, en lo que todo el mundo conoce", sintetizando aquello que había ya postulado en Buenos Aires más extensamente, y sentenció: "Hay que olvidar la lógica maniquea de verdad y mentira, y centrarlos en la intencionalidad de quienes mienten". La tarea es la deconstrucción del mensaje. Si no cuestionáramos la mentira, todo sería verdad. A tal punto que los oprimidos votarían a los opresores... 

Y vos, ¿Cómo deconstruyes la mentira?

Marcelo J. Silvera


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