La invisibilización de la mujer en filosofía
En pleno siglo XXI, la filosofía mantiene una gran deuda para consigo misma: despatriarcalizar el conocimiento.
Las mujeres han sido invisibilizadas a lo largo de la historia del pensamiento, como en tantos otros ámbitos. Esto no indica que no hubo mujeres filósofas, sino que el canon se construyó solamente sobre los textos masculinos. Los contenidos de las carreras de Filosofía tienen un porcentaje insólito de autores y referentes hombres, y casi no se estudian pensamientos de mujeres.
En la colección “Aprender a pensar” de Editorial RBA, entre los 60 títulos dedicados cada uno a un pensador, solamente 1 tomo corresponde a una mujer: Hannah Arendt. Dentro de la colección “Descubrir la filosofía” de Editorial Bonolletra Alcompas, se suma también a Simón de Beauvoir, siendo 2 mujeres en 70 volúmenes. Esto es solo una muestra, con dos colecciones que han sido muy difundidas en el habla hispana.
En 1987 Mary Ellen Waithe publicó A History of Women Philosophers; libro de cuatro volúmenes que comienza con dos preguntas: ¿Hubo filósofas? ¿Es posible una historia de las filósofas? Más allá de las cuestiones culturales que hoy podemos ver como desacertadas al menos, en las que el lugar de la mujer era la procreación y el hogar, existió una construcción del canon filosófico que tuvo como cuna espacios patriarcales, tanto religiosos como laicos.
En mi PC tengo una nota pegada al monitor, dice: No te olvides de ellas. Una forma de mantenerme alerta entre la vorágine y multiplicidad de material que integra la carrera de Filosofía, y de recordarme la meta mínima de incorporar en cada trabajo una voz femenina al menos. No es simple, porque no hay acceso fácil a textos de filósofas ¿Cuántas filósofas históricas conoces? ¿Cuántas filósofas contemporáneas?. Esto me llevó a descubrir la gran cantidad de mujeres filósofas que hay en la historia, y a tener material valioso siempre a mano. Así llegué, por ejemplo, al libro Ellas lo pensaron antes (Ediciones Lea) de María Luisa Femenías, filósofa e investigadora argentina, quien se dedicó a estudiar y rescatar a muchas de sus colegas de distintos momentos de la historia.
En una entrevista publicada por el Ministerio de Cultura de Argentina, Femenías sostiene: “Yo sospecho que siempre hubo mujeres que filosofaron y que en la mayoría de los casos, de esto hay certeza, su obra no pasó al canon filosófico. Si lo hizo, su paso fue efímero o precario (es decir, relativamente breve), al menos hasta tiempos muy recientes. Siempre se consideró que si no habían perdurado era por cuestiones de “calidad”. Sin embargo, la crítica más reciente muestra que no siempre fue así; como trato de mostrar en mi último libro: obras extremadamente importantes fueron destruidas, dejadas de lado, consideradas escritas por filósofos varones o simplemente consignadas como “anónimas”. Y eso es un “dato” muy significativo que es preciso tener en cuenta”.
En un nuevo Día Mundial de la Filosofía*, me parece interesante instar a pensarnos y aceptar la exclusión que tuvieron las filósofas a lo largo de la historia. A tomar sus escritos y leerlos.
Esto lo escribe un hombre. Y aunque con buenas intenciones de mantener el debate abierto por las mujeres, eso puede ser contrario al mensaje que se intenta dar, pero en realidad, creo, la visibilización y rescate de la gran labor de las mujeres filósofas en la historia es tarea de todos… y todas.
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