¿Te permites dudar de tus propios pensamientos?

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“Quien busca la verdad debe dudar, 
en lo posible, 
una vez en su vida de todas las cosas.”
(Principios de Filosofía, Descartes)

Ayer abordamos un concepto de Foucault, y hoy uno de René Descartes; podría interpretarse como una ironía ya que Foucault discutió a su coterráneo Descartes, pero de eso se trata pensar: contraponer ideas, debatirlas, y en el mejor de los casos encontrar una superadora.
Descartes pretendió librarse de los prejuicios incorporados por cultura o educación utilizando ante todo la duda. Propuso tomar provisoriamente como falsas a todas aquellas cosas de las que se duden, repensarlas, exponerlas a prueba y si sobrevive algo que sea indudable, alguna verdad irrefutable, que permitiera al pensador salir del abismo en que la escuela escéptica dejó al pensamiento.

En sus Meditaciones Metafísicas, sin embargo, declara que no es necesario probar la falsedad de todas sus opiniones, lo que llevaría toda una vida por haber acumulado cantidades de creencias. En su lugar atacará directamente a los principios de las mismas, para no debatirse sin necesidad en cuestiones particulares, sino en ir a las raíces del conocimiento mismo.
Primero pondrá en duda lo que nos comunican los sentidos, luego ampliará la duda a todo lo que nos envuelve. Pero llega a una definición que es la que deseaba traer este día hasta acá: El pensamiento existe. Si se duda, aunque sea de todo, se está pensando en algo. Dudar es una manifestación del pensamiento. Y como no puede poner en cuestión el hecho de que siempre piensa, existirá en tanto que es una cosa que piensa. ¿Qué significa ser una cosa que piensa? Significa ser una cosa que duda, que conoce, que afirma, que niega, que quiere, que rechaza, que imagina y que siente.

Permitirnos la duda es realizarnos como seres pensantes. Dudar para poner a prueba aquellas creencias heredadas o nuevas (la información que nos llega por medios externos, por ejemplo), dudar para certificar si son fundadas o infundadas, si son juicios con bases sólidas o solamente prejuicios. Dudar para disernir entre afirmaciones (fundadas o no) y juicios. Y si es meritorio seguir cargando con esos prejuicios o librarnos de ellos.

Y vos, ¿Te permites dudar de tus propios pensamientos?

Marcelo J. Silvera


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