¿Con qué emoción tomas tus decisiones?

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Las emociones son objeto de estudio en los últimos tiempos. Incluso podríamos asegurar que las emociones están de moda. La inteligencia emocional, el mindfulness, y otras disciplinas que abordan el conocimiento y control de las emociones ocupan gran parte de las publicaciones en Internet. La ciencia ha podido conocer más sobre las emociones y cómo éstas influyen en nosotros, y por ello podemos abordarlas como sujeto de estudio y modificación.
Diariamente tomamos decisiones, muchas de ellas están influenciadas por emociones. Cuando lo hacemos no siempre estamos centrados en la decisión, sino que lo estamos en la emoción que nos embarga. Tomemos un ejemplo, si salimos enojados de casa hacia el trabajo tras mantener una discusión cno nuestra pareja, esta circunstancia influirá en las decisiones que tomemos posteriormente. Un estudio elaborado por la Universidad de Toronto (2013) ha encontrado que somos presa de esta influencia todo el tiempo. Dice este mismo estudio, que las personas que son emocionalmente inteligentes no eliminan todas las emociones de su toma de decisiones, sólo obvian las emociones que no tienen nada que ver con la decisión y tienen en cuenta aquellas que si que son relevantes.
Como animales que somos, las emociones están ligadas a respuestas inconcientes ante situaciones del entorno. Estas nos permiten, por ejemplo, correr por nuestras vidas si estamos en peligro. En fracciones de segundo se disparan los sistemas de alerta en nuestro cerebro y se pone todo el cuerpo en acción. Lo que nos repercute negativamente es tomar decisiones en estados de emoción no favorables para nosotros mismos, las decisiones que tomemos bajo influencia de emociones negativas serán decisiones erróneas seguramente. La tarea es quitarnos la emoción antes de tomar decisiones, esperar al menos que la emoción se disipe ¿Pero, cuánto dura una emoción? ¿Recuerdas el dicho "cuenta hasta cien"? Bueno, en realidad habría que contar hasta 1.500. 1.500 segundos, lo que es igual a 25 minutos, es lo que dura una emoción fuerte, luego el cerebro aplica los protocolos para eliminar la producción de sustancias que nos puso en alerta. Pero no alcanzará con dejar pasar el tiempo, si no dejamos ir la emoción, debemos trabajar en nuestras emociones para cambiar, por ejemplo, la ira por tranquilidad.

Y vos, ¿Con qué emoción tomas tus decisiones?
Marcelo J. Silvera


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